«Blade» 1998. El superhéroe caza vampiros que acertó en casi todo.

La primera incursión de Blade en el cine fue exitosa, y no solo eso, sino que con ella, pudimos ver más héroes. Blade en aquel momento, gracias a su taquilla, salvo a la antigua Marvel de la bancarrota, la que aún no estaba ligada a Disney, y gracias a ella, vieron que los héroes tenían tirón, y pudimos ver tras él, películas como X-Men (2000) o Spider-Man (2002). Claro, en ese momento este tipo de cine no era como el actual de superhéroes. En el caso de Blade, tuvimos una película seria, con mucha acción y que no tenía miedo a mostrar sangre o un tono más terrorífico u oscuro, algo lógico en una película de vampiros, y en ello, radica su gran éxito. Un Blade, al estilo Thor: Love and Thunder (2022), se hubiera hundido en la miseria. David S. Goyer escribe el guion del film, y de toda la trilogía. Con este señor siempre tengo sentimientos encontrados, tan pronto te escribe una gran película como la que hoy nos ocupa, como te escribe Man of Steel (2013) o Batman vs Superman: El amanecer de la Justicia (2016).

En un mundo en guerra, en el que cohabitan hombres y vampiros, el caso de Blade es extraordinario: es un vampiro que no se alimenta de sangre humana y que, además, pretende acabar con la raza de «seres superiores» que mordieron a su madre cuando estaba embarazada. Blade tiene todo lo bueno de los vampiros, su fuerza, su inmortalidad, y todo lo bueno de los humanos, el sol, no le afecta. Eso si, la sed de sangre es algo con lo que tiene que lidiar. Esta primera entrega esta genial, pero, no es una obra cumbre del cine de vampiros, igual es un gran disfrute. No vamos a discutir que Wesley Snipes resulto ser el mejor Eric Brooks / Blade que se podría tener. Le queda genial el personaje, es carismático, a su manera, y tiene cierto humor dentro de su seriedad. Lo mismo pasa con el Abraham Whistler de Kris Kristofferson y juntos hacen un equipo muy bueno en esta entrega, con esa relación casi de padre e hijo que han forjado desde que Whistler se encontró con Blade.

Nominada a Mejor Película de Terror y Mejor Maquillaje en los Premios Saturn en 1999.

Nominada a Mejor edición de sonido en los premios Golden Reel en 1999.

Nominada a Mejor Acción y Mejor Edición en los Premios Trailer de Oro en 1999.

Nominada a Mejor Actor (Wesley Snipes), Mejor Actor de Reparto (Udo Kier) y Mejor maquillaje / efectos en criaturas (Greg Cannon) en los Fangoria Chainsaw Awards en 1999.

Nominada a Mejor Película Extranjera en los Premios SIYAD (Premios de la Asociación Turca de Críticos de Cine) en 1999.

Nominada a Peor Actor (Wesley Snipes) en los Premios Stinker Bad Movie en 1999.

Ganadora a Actor Favorito – Terror (Wesley Snipes), Villano Favorito (Stephen Dorf) y Nominado a Actor de Reparto Favorito – Terror (Kris Kristofferson) en los Blockbuster Entertaiment Awards en 1999.

Stephen Dorff ganó el premio al Mejor Villano en los MTV Movie Awards, mientras que Wesley Snipes fue nominado a Mejor Pelea en 1999.

Mark Isham ganó el premio ASCAP de Musica de cine y televisión a Top Box Office Film en 1999.

En cada una de las películas de Blade hemos tenido un villano diferente, y todos con un plan propio. En el caso de esta primera entrega, teníamos a Deacon Frost (Stephen Dorff). Deacon no es un pura sangre como ellos llaman, no nació vampiro, sino que lo convirtieron. Su manera de pensar, de como deben ser o actuar los vampiros es diferente al de los altos cargos y su plan es despertar a La Magra, un dios de la sangre antiguo e inmensamente poderoso, la deidad patrona de los vampiros y una figura importante en la tradición vampírica, ya que creó a Drake, el primer vampiro. La Magra sólo puede ser convocada mediante un ritual especial que requiere la sangre de «El que ha visto el Sol» es decir, Blade. Es por ello, que el cazador, acaba siendo cazado.

Durante su intento de dar con Deacon, Blade se encuentra con la Dr. Karen Jenson (N’Bushe Wright), personaje que no existía en los cómics y que es mordida por Quinn (Donal Logue) un aliado de Deacon. Como le recuerda a su madre, la salva, la cura y ella se queda con él para ayudarle también en su sed de sangre. El personaje funciona bien con Blade, tiene cierto desarrollo y por momentos parece que entre ellos pueda haber algo más que amistad. Misteriosamente desaparece de las secuelas, y no volvemos a saber de ella. No era mal personaje, pero al solo aparecer en esta, en siguientes visionados, carece de interés.

El portal IMDb le da una puntuación de 7.1/10 y además el portal Metacritic le da un 45% de aprobación con críticas regulares.

El inicio, te cuenta el nacimiento de Blade, pero lo mejor sin duda es la escena en la que aparece él ya de adulto. Nos presentan las zonas de diversión de los vampiros, discotecas escondidas solo para ellos. El tema ya es reconocido por todos Confusión de New Order (incluso lo he bailado en discotecas, no de vampiros, claro), el baño de sangre y la pelea que tiene lugar allí es una clara declaración de intenciones del tono que tiene el film, y no podía ser más acertado.

Toda la acción de la película, la coreografía de las peleas, todo es redondo, así como la desintegración de los vampiros. Su único fallo para mí, es en algunos efectos digitales, sobre todo del final del film. Final, que por cierto, por momentos se hace un poco pesado. El drama de Blade con su madre Vanessa Brooks (Sanaa Lathan), no convence mucho, que sea una de las novias de Frost, no pega, y, por mucho que nos quieran vender que Blade se acuerde de ella, es del todo imposible, pues ni siquiera llego a conocerla, los separaron cuando él era un bebé, no puedes tener nostalgia o echar de menos algo que no has conocido.

Sobre los efectos, que son un fallo para mi algunos como dije, es, sobretodo, una vez Deacon es el recipiente de la La Magra. Por ejemplo, cuando Blade le corta la mano y esta se recrea con la sangre, es un efecto realmente cutre, lo mismo cuando le cortan por la mitad y se vuelve a unir con la sangre. Igualmente son esos momentos puntuales. Mark Isham es el compositor de la banda sonora que le da un toque modernito sobre todo a las escenas de acción. En conjunto es una gran película bien dirigida por Stephen Norrington, buena acción, efectos en su mayoría correctos, trama interesante, grandes escenas de peleas, incluso algo de drama cuando Whistler es dado por muerto. Una joya.