Con las fiestas patrias soplándonos en la nuca, parece ser lo más apropiado ver una cinta de terror hecha en nuestra tierra y con talento mexicano, y que mejor hacerlo que con final de la tetralogía de Carlos Enrique Taboada: Veneno para las hadas. Esta cinta de 1984, y que a diferencia de las demás de la saga no ha sufrido un remake afortunadamente, está protagonizada por Ana Patricia Rojo de Fugitivas (2024-), Elsa María Gutiérrez quien solo hizo esta película y nunca más volvió a actuar, Leonor Llausás quien apareció en Las Poquianchis (1976), Carmen Stein que solo hizo otra cinta titulada Hermanos de Sangre (1974), Blanca Lidia Muñoz de La huella de un asesino (1991), Sergio Bustamante de El principio (1973) y Lilia Aragón de Cuna de Lobos (1986-1987).

La historia comienza con Verónica (Rojo) quien escucha como su Nana (Stein) le cuenta una historia en la cual una bruja que ha tomado la forma de una niña le corta la garganta a su madre con un cuchillo, esto repercute fuertemente en ella. Después conocemos a Flavia, quien recientemente se ha mudado y acaba de ingresar a la misma escuela de Verónica. Ambas al poco rato se hacen amigas. A pesar de su escepticismo, Flavia logra ser convencida por Verónica de que es una bruja, en parte gracias a supuestas predicciones que esta ultima hizo como la salida de la escuela de la maestra de inglés. Flavia toma clases de piano pero estas no son mucho de su agrado, por lo que le pide ayuda a Verónica para que haga un conjuro que la ayude a detener las clases, a Verónica se le ocurre uno en donde alejarán a la maestra Madame Rickard (Muñoz). Al poco tiempo de haber hecho el conjuro, Madame Rickard muere, por lo que Flavia queda más convencida de los poderes y la naturaleza de su amiga. Verónica logra convencer a Flavia de que la lleven a las vacaciones que tendrá con su familia en una casa fuera de la ciudad, allí Verónica idea hacer un veneno para las hadas, ya que estás son las enemigas naturales de las brujas, por lo que Flavia estará indecisa si ayudar o no a su amiga la cual parece que en caso de tener éxito podría provocar algo de que se podría arrepentir.

Uno de los puntos que me parecen más interesantes y que mejor ayudan a contar la historia es la del punto de vista infantil, ya que si se fija uno bien se puede percibir que los adultos nunca muestran su cara  ya sean la nana, la abuela, la bruja o los padres de Flavia y a parte de que la cámara siempre está a la altura de las niñas y que no hay escena alguna en donde no aparezca ya sean Flavia o Verónica. El tema de la inocencia es el central ya que gracias a eso es que todo se desarrolla y termina siendo la base de las convicciones de Flavia y provoca el trágico desenlace de Verónica.

Los contrastes entre ambas niñas ya sea desde el aspecto económico así como el cultural y el de la personalidad hacen que la conexión que parecería a simple vista que no se podría dar entre ambas sea aun más significativo e interesante. Por ejemplo Verónica es una fiel creyente de las historias de brujas que le cuenta su nana mientras que Flavia es atea y sus padres le han enseñado a que no tenga miedo, estos elemento chocan y al final Flavia termina siendo todo lo contrario de lo que era al principio. El hecho de que toda la historia esté centrada en dos niñas y que todo ocurra entre ellas dos sin necesidad de un tercer elemento para provocar el horror (a excepción de la bruja) hacen que la historia se sienta como algo diferente al horror que suele ser presentado de manera más común y que a veces suele rayar en lo cliché. La película se encuentra disponible en la plataforma gratuita de TUBI TV.