La ópera prima de Dev Patel es una sangrienta epopeya con un héroe que sólo puede existir en la ficción, a pesar de que lo que cuenta es simple y terriblemente, la más cruel realidad diaria.

El eterno despojo a los que menos tienen, el despilfarro y exceso de quienes poseen todo a base de opresión y sangre. Una especie de John Wick hindú en un mundo donde los políticos, gobernantes, jerarcas religiosos y gente de arriba, todos por igual, veneran a dos únicos Dioses: el Dinero y el Poder.

Patel, en su debut como director, nos transporta a una India de extremos, donde fácilmente podemos identificar el horror, la maldad y la manipulación de las masas, por encima de la pobreza y la miseria. A semanas de la elecciones en nuestro país, vernos reflejados en el filme no es para nada difícil ni descabellado.

Un viaje hacia la introspección, las raíces y la cultura que da identidad a una sociedad a la que ya no le queda nada más que eso, pero que al final, no necesita más.

Trepidante filme —con Jordan Peele como productor— que más allá de la venganza, busca justicia ante la atrocidad que los poderosos luchan por mantener… y qué dicha y qué placer ver en pantalla cuando estos últimos reciben todo el peso del karma. Porque en el mundo real, entre más justa es tu causa y tu lucha, más rápido te desaparecen.

Qué dicha y qué catarsis es este emotivo y a la vez vertiginoso largometraje que más que puro y simple entretenimiento, es una denuncia, es un grito de auxilio, es una llamada a la acción… una tremenda llamada a la acción.

‘Monkey Man’ (20024), ya en cartelera.