En los albores del siglo pasado, en la localidad de Pura Pura en la ciudad de  La Paz Bolivia, una familia construyo una hacienda hermosa, que con el paso de los años fue  expropiada por el gobierno  para implementar en ella las oficinas de la Aduana, y la estación de ferrocarril, al igual que muchas familias donaron plantines para plantarlos y así lograr la estabilidad de la vías ferroviarias, creando así el ahora llamado Bosquecillo de Pura Pura, así como también se planeaba implementar una linea acuífera, pero al quedar fuera de circulación la empresa ferrocarrilera,  el proyecto acuífero fue abandonado, dejando una red de túneles inútiles que pronto fueron mal usados por los delincuentes.

Es en este punto de la historia donde empieza la maldad, los delincuentes dejaban en los túneles los cadáveres de sus victimas, también se cuenta que las victimas de las dictaduras, presos políticos en la época de las dictaduras fueron ultimados y torturados en ese lugar quedando sus almas en ese lugar penando y atormentando mientras esperan el descanso eterno. y pronto hechos aun mas terribles espesaron a suscitarse, pues las mujeres pobres abandonaban ahí a sus bebes de días de nacidos para que estos murieran de hambre, frió, las inclemencias del destino o devorados por canes; dando lugar a una total infestacion de duendes en toda la zona, un indigente que mora por las cercanías se dedicaba una temporada a enterrar los pequeños cuerpecitos, es por eso que según  relata los duendes no lo lastiman, sino que lo protegen de los malhechores incluso de otros espíritus, un investigador paranormal logro captar un pequeño duende en una imagen. las energías malignas que han plagado este terrible lugar han llevado a que en el se practiquen actos de brujería, invocaciones de  entidades demoníacas y sacrificios; siendo el mejor testigo de estas las mimas paredes plagadas de runas, escritos requeridos para invocaciones, manchas hemáticas, hasta advertencias de pandillas, de las ahora ruinas de lo que una vez fuera una hermosa hacienda. Así como también se han registrado apariciones de entidades malignas de las costumbres andinas, como la Chola sin cabeza, el famoso duende Salvietti. Pasando a ser un lugar aterrador.

Ten cuidado de dirigir ahí tus pasos, pues cuando menos lo esperes alguna entidad te susurrara al oído «bienvenido a la maldad»

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