Esta semana toca hablar de la que es considerada una de las grandes obras maestras coreanas de la década de los 2000’s, así es se trata de Dos Hermanas (Janghwa, Hongryeon en su idioma original) de Kim Ji-Woon. La protagonizan Im Soo-Jung quien también protagoniza I’m a Cyborg, But That’s OK del multipremiado Park Chan-Wook, Moon Geun-young en Innocent Steps (2005), Yum Jung-ah del musical Life is Beautiful (2022) y Kim Kap-su de la miniserie de drama histórico Chuno (2010). Esta película en su tiempo fue la más taquillera de su género en la historia de su país y una de las primeras cintas coreanas en llegar a los Estados Unidos, por lo que perdérsela no es algo que recomendamos.
La historia va de una chica llamada Su-mi (Soo-Jung) quien junto con su hermana Soo-yeon (Geun-young) llegan a la casa de su padre, Moo-hyeon (Kap-su), en donde son esperadas por su madrastra Eun-joo (Jung-ah). De retorno a esta casa, Soo-mi tiene una pesadilla donde ve el fantasma de su madre lo cual le termina causando cierto malestar. Días después ella encuentra viejas fotos donde ve que su madrastra había ya conocido a su padre durante el tiempo en que su madre había estado enferma. Los días pasan y el ambiente se empieza a sentir más distante entre todos los miembros de la familia. Una noche llegan de visita a cenar los tíos de Soo-mi en donde a media cena la esposa de su tío tiene una ataque y se tira al piso en donde ve debajo de un mueble de la cocina a un fantasma. Soo-yeon sigue siendo maltratada por su madrastra y esta al ver que su pequeño pájaro mascota aparece muerto debajo de la cama de ella y aparte han habido fotos desfiguradas decide castigarla metiéndola dentro de un armario. Soo-mi se percata de esto y decide ir con su padre para que pare el maltrato a su hermana, ante esto él decide revelarle la verdad a Soo-mi, quien en el fondo ya la sabía pero ha tratado de ignorarla desde que sucedió.
De todas las películas de terror que hay, creo que pocas abordan de tan buena manera el tema de la memoria, identidad y dolor como esta. Desde el principio nos plantean al personaje de Su-mi como una chica de carácter fuerte pero que al mismo tiempo puede ser sencilla y tierna. Nosotros como espectador aun no lo sabemos, pero podemos percibir en ella ese sentimiento de tristeza y soledad en ella a pesar de que aparentemente está con la persona más importante que queda en su vida: su hermana. Esto no le basta porque en mayor parte le hace falta su verdadera madre pero trata de maquillarlo y hacer todo lo posible por tratar de ser feliz por ella misma. El fantasma que la acecha realmente hace las cosas más complicadas pero en sí se siente más como una manifestación de todos los problemas que ella carga y lo que no puede dejar ir. El hecho de que su mente haya creado una segunda personalidad basada en su madrastra nos muestra que las heridas que alguien puede hacer pueden quedarse y marcar de una forma terrible y en gran manera la vida de alguien. En este caso por ser la madrastra en parte la responsable de haber perdido a su hermana y que fue quien se terminara quedando con su padre a pesar de querer intentar mejorar su relación. Su-mi un personaje sin duda lleno de dolor y trauma que su situación nos dejó con la duda si mejorará.
El padre también es una persona que tiene sus complejidades y que no se piensa tanto en él por lo que ha pasado: perdió a su esposa y a ambas hijas siendo que una falleció y la otra está mal mentalmente, pero también en parte él tiene responsabilidad de estos hechos y puede ser fácil juzgarlo por sus acciones, pero realmente podemos desearle algo así a una persona que no es un santo pero definitivamente no es tampoco un monstruo. Es una familia complicada, de eso no hay duda, pero lo que sí hubiéramos deseado es que sus acciones hubieran llevado a mejor puerto para todos. La película se encuentra en Star+ y esperamos que sobreviva a la transición y también esté disponible en Disney+.