Esta semana estamos de manteles largos en Grupo Inframundo con la entrevista realizada al gran cineasta Brian Yuzna y que mejor manera que acompañarla con una película. Lamentablemente no hay ninguna película suya en plataformas de streaming pero sí hay algunas que dan esas mismas vibras y sensaciones, y una de ellas es The Stuff (1985) de Larry Cohen. Cohen quien dirigió cintas como Special Effects (1984) o The Ambulance (1990) es más conocido por haber escrito los guiones de cintas como Cellular (2004) protagonizada por Chris Evans o Phone Booth (2002) con Colin Farrell en el papel principal, y protagonizada por Michael Moriarty de Courage Under Fire (1996), Andrea Marcovicci de The Front (1976) de Martin Ritt y con Woody Allen, Garrett Morris quien es el Capitán Orecruiser en Coneheads (1993). Paul Sorvino de Goodfellas (1990), Danny Aiello quien da vida a Sal en Do the Right Thing (1989) de Spike Lee y Scott Bloom quien en esta cinta tuvo su primer papel a los 11 años.
La película empieza con unos mineros que descubren una sustancia blanca durante el invierno, ellos la prueban y se dan cuenta que es comestible, por lo que deciden avisarle a sus superiores sobre dicho descubrimiento, de ahí pasamos a Jason (Bloom) quien al abrir el refrigerador en la madrugada para cenar algo se da cuenta que el bote donde se almacena esta sustancia llamada «The Stuff» está tirado y la sustancia en sí se mueve por sí sola y se regresa al propio bote, esto genera en él rechazo y asco por la supuesta comida que acaba de presenciar. Posteriormente conocemos a David quien es alguien que ha tenido distintos problemas para las agencias gubernamentales que ha trabajado pero que de alguna manera con amenazas y su propio encanto logra que le den dinero para financiar la investigación que está a punto de hacer sobre el origen de The Stuff. Para su investigación, David decide contactar con Nicole (Marcovicci) para que le ayude ya que ella es quien se ha encargado de hacer los comerciales de la marca y en sí tiene cierto conocimiento del producto, a base de ciertos engaños ella termina aceptando. A la gente que entrevista como Vickers (Aiello) parece no importarle en sí el origen de The Stuff a pesar de ser él quien autorizó su uso. Esta sustancia empieza a repercutir más en la vida de Jason quien destroza todo lo que hay de este producto en un supermercado local y a la vez poco a poco sus propios padres y hermano se han vuelto adictos a ello. En un pequeño pueblo David conoce a Chocolate Charlie quien también es investigador y está dispuesto a ayudarlo a saber más sobre la sustancia. La familia de Jason está cada vez más consumida por The Stuff que llega hasta tal punto que lo intentan atacar por no querer comerla, debido a esto escapa de su casa y es encontrado por David quien ya lo había investigado previamente. Ambos junto con Nicole vuelan hasta la fabrica del producto donde descubren la verdad y que con ayuda del propio ejército harán todo para acabar con The Stuff.
Uno de los valores más importantes de la cinta es el de su crítica social, y es que no es un mensaje que disimula lo que está tratando de decir y se empeña por dejarlo claro: el capitalismo voraz destruye a la sociedad. Esto queda bastante claro al mostrarnos como los empresarios explotan el uso de esta sustancia dándosela de comer a las personas sin siquiera saber de qué está hecha realmente o en sí qué es. Intentan evitar a toda costa que David investigue sobre la sustancia y todo lo que la rodea. Ellos se vuelven ricos con su venta mientras la gente queda envenenada y su salud va en decadencia. Una de las mejores que se plasman en esto es el hecho de que esta cosa se va del cuerpo humano casi sin dejar rastro y sin evidencia de a quien culpar como en esos mismos años la comida chatarra iba en aumento y los dueños de estas empresas se empeñaban en mentir diciendo que sus productos no tenían nada que ver con la decadencia de la salud de la población. La pérdida de la individualidad reflejada en la familia de Jason que ha sido básicamente consumida por completo por la sustancia es también uno de los mensajes más poderosos de la cinta al retratar cómo el ciudadano promedio deja de ser quien es para ser un borrego más despojado de sí mismo manipulado por las grandes corporaciones que les dice que hacer y quien ser sin cuestionar lo que está haciendo o en qué se ha convertido. El uso del ejercito se percibe como una jugada extraña ya que a pesar de que la guerra es en contra del capitalismo y todo lo que lo rodea, el propio gobierno junto con el ejército suelen solapar y proteger este tipo de conductas y acciones por lo que tal vez aquí es más una representación del espíritu de lucha del propio pueblo y no en sí el mismo ejército.
La cinta en sí es divertida y con momentos de acción interesantes pero también tiene varios defectos. Tiene cortes abruptos que claramente no muestran que fueran por un tema artístico o práctico sino por intentar darle fluidez a la cinta, las actuaciones se sienten algo flojas e inclusive planas en algunos momentos y sobre todo hay situaciones que se siente que se podrían resolver de manera más sencilla que sin embargo se hacen de cierta manera para poder alargar más la historia. En sí la película cumple lo que promete pero se siente que podría dar más con el tema que propone. Si lo que quieres es ver una película de terror ochentera como las que pasaban hace varios años en el canal 5 y que te divierta un rato esto es lo que buscas. Se puede ver en Prime Video pero solo está doblada al castellano.