Es increíble lo mucho que se puede hacer con poco dinero pero con talento, amor por el cine y pasión de sobra por el horror.
‘The Void’ (2016), que mezcla también el body horror, el SciFi y el misterio, haría saltar de alegría al mismísimo Lovecraft por sus criaturas amorfas, por su historia y por el final para dos de sus protagonistas… un desenlace de un pavor «insondable».
Los guionistas y directores Jeremy Gillespie y Steven Kostanski —quienes contaban ya con vasta experiencia en este tipo de filmes a la fecha de estreno de este, y que al día de hoy continúan participando en destacadas producciones del género— nos regalan una producción emocionante, oscura y repleta de referencias a los grandes maestros del horror con grandiosos efectos prácticos a lo ‘The Thing’ (1982), de John Carpenter; ‘The Fly’ (1986), de David Cronenberg; o ‘The Blob’ (1988), de Russell Chuck.
Un maltrecho individuo en la carretera es ayudado por el oficial Daniel (Aaron Poole), quien lleva al hombre al hospital del pueblo, un enorme edificio con pocos pacientes y aún menos personal. De pronto, un grupo de personas ataviadas con túnicas blancas rodean el recinto, con obvias intenciones de violentar.
Poco a poco, a través de terroríficos e inexplicables acontecimientos, se van desenmarañando las verdaderas motivaciones de quienes están dentro del hospital… y el por qué esos encapuchados tomaron como rehenes a sus ocupantes. Una secta que busca desatar la atrocidad, literalmente dando a luz a ese horror cósmico en todo lo que el concepto representa.
Disponible en Prime video (México) bajo el horrendo nombre de ‘Conjuros del más allá’ —¿como por?—, esta cinta diría yo que es obligada para todo fanático de la literatura tentacular del oriundo de Providence, Rhode Island.
«Te sorprendería lo que puedes encontrar cuando te propones buscar…» ‘The Void’ (2016)