LA PLUMA

ACTO SEGUNDO: La nueva musa

(Cain Des Tennebres)

 

El dolor del  estómago vacío es horrido

Sobre todo cuando llevas días en ese estado

“ahhh si tan solo un pedazo de aire fuese carne”

Suspira el poeta ahogado en sus lágrimas

 

Lágrimas que caen con el peso de mil golpes

“Lo fuiste todo y no eres nada”

“pero nada pierdes ni ganas, pequeño nómada

Debes beber tu llanto si no quieres tener sed”

 

“Las voces son cada día más numerosas,”

Se repite a sí mismo mientras acaricia sus harapos

En ellos sus últimas tres  pertenencias

Un lápiz, un cuaderno viejo y un cuchillo

 

El hambre lo va a matar pero ve cerca una luz

Otro mendigo está mascullando algo de comer

“es muy poca y no querrá compartirla”

“quítasela y así podremos estar satisfechos todos”

 

“no querrá compartirla” se encoje

“róbasela y llena nuestro estómago “se grita a si mimo

“¿Qué es esto? “Dice mientras acaricia su cuchillo

“está más filo que nunca, listo para todo”

 

Se arrima a su compañero de desgracia

Mira dulcemente su cuello mientras sonríe

Y en un corte certero rebana el mismo

“Un corte perfecto, doloroso y mortal” piensa

 

Mas el herido aun no muere, se retuerce solamente

“desgraciado “dicen todos los que en su mente moran

Entonces el poeta ahora asesino siente piedad

“clávale el cuchillo, hasta que se deje de mover”

 

Empezó a apuñalarlo una y otra y otra vez

El éxtasis de un nuevo placer se apodero de todo su ser

Con cada golpe sentía como el placer lo invadía

Recorría desde los dedos hasta el último hueso

 

La sangre atiborrada lo había bañado

Perdió el apetito del estomago

Pero despertó el apetito de un nuevo placer

“delicia, delicia, delicia, delicia, delicia”

 

Gritaba a toda voz mientras seguía su faena

En el éxtasis noto la belleza de la muerte

Bebió febril la sangre de su víctima “sabrosa”

Y devoró sus carnes hasta los huesos

 

La sensación de placer fue nueva y hermosa

“delicioso, delicioso, delicioso, delicioso” gritaban

Satisfecha su hambre el asesino tomo su lápiz

Abrió las hojas de su viejo cuaderno con ternura

 

Le dio un beso a sus pertenencias

Con paciencia empezó a escribir y describirlo todo

Aquella sensación que acababa de sentir

Transformándola en un nuevo poema de amor

 

“nuestra musa ha regresado a nosotros”